El espacio uruguayo muestra una gran variedad de paisajes _agrícolas, pesqueros, mineros, urbanos, recreativos_ que son el resultado de la acción humana a lo largo de varios siglos.
En la construcción del espacio uruguayo, durante el período colonial, este territorio se pobló en forma lenta y progresiva desde el sur, donde se había levantado la Plaza Fuerte y donde operaba el Puerto de Montevideo.
El medio natural mostró ventajas de la Banda Oriental con respecto a otros espacios. Así por ejemplo, el ganado ocupó las extensas praderas, ricas en cursos de agua. Esta actividad económica, orientada a la explotación agraria, sigue siendo de gran importancia para la economía uruguaya en la actualidad.
En las últimas décadas del siglo XIX se produjeron cambios importantes en la estructuración e integración del espacio uruguayo. El alambrado de los campos, el trazado e instalación de las vías férreas y del telégrafo definieron una economía capitalista y aseguraron el control y la integración del territorio, reforzando el centralismo montevideano como capital y gran puerto comercial.
El trazado y mejoramiento de la red vial, a partir de comienzos del siglo XX, reforzó un sistema de comunicaciones y transporte pensado desde Montevideo, conformando desde los orígenes un macrocefalismo respecto de esta ciudad (la gran cabeza del país).
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